La ampliación de esta vivienda, es un encargo que nos llega para resolver un programa que prácticamente duplicará la superficie existente. ¿Es la ampliación un completamiento de la misma? ¿O en su contraste, una composición? ¿Quizá podemos encontrar otra manera de entender dos tiempos de una obra aparentemente acabada?

Pensar en tomar decisiones de manera amable pero contrapuesta es una posible respuesta.
En ese diálogo, formal y conceptual, diseñamos una caja que se desvanece, se fragmenta, se esconde, pero muestra. La caja cierra, pero también abre y prácticamente flota detrás de la construcción existente. Creando así una pieza reconocible que por momentos pierde peso en casi todos sus sentidos dando lugar a la memoria del vacío.
Una segunda piel envuelve la fachada y resuelve al fragmentar, alivianar la presencia de la nueva construcción buscando a la vez delinearse como una pieza pura, delicada. Este revestimiento compuesto por la sucesión de tubos esconde las aberturas, y a su vez hace de parasoles protegiéndolas del sol del Este y del Oeste cumpliendo una función específica.